viernes, 4 de enero de 2019

SANTIAGO AGRELO MARTÍNEZ, ARZOBISPO DE TÁNGER

























La Hna. Letty se nos ha ido por Andalucía, concretamente a Cádiz, para estar presente en la entrega  del premio al arzobispo de Tánger, D. Santiago Agrelo Martínez.

Monseñor Agrelo es el reflejo de lo que uno espera de un franciscano; humildad, tranquilidad, sosiego. Es la voz proféticas a favor de defender derechos humanos de migrantes y refugiados, en esta frontera cada vez más cerrada. El premio Derechos Humanos 2018 que le ha otorgado la Delegación en Cádiz de la Asociación andaluza del mismo nombre. Es un premio, concedido también a la Delegación de Migraciones de este obispado norteafricano, la singular diócesis de Tánger, 2.500 diocesanos, fronteriza y punto de llegada para miles de inmigrantes de toda África.

Narra sus primeras experiencias en Tánger con la migración "es la primera vez que vi a una persona aterrorizada y muda por el terror"  y el prelado también añade  "no soportaríamos que se tratara a los animales como  nosotros estamos tratando e los emigrantes en el camino de la emigración". Recuerda el arzobispo "Jesús fue un emigrante a lo largo de su vida" y  en la parte positiva recalca que le sorprende el gozo de vivir de los emigrantes "el coro de la Catedral en la misa de los domingos, con el ánimo que cantan, parece un pecado interrumpirles".

Sobre el papel de la iglesia española "los obispos en cuanto a posicionamiento doctrinal se mueven todos en una línea de acogida de la emigración , pero creo que falta algo, creo que a los obispos se nos tiene que encontrar en la calle cerca de los emigrantes, no sólo en los papeles a favor,  quedan pasos por dar" .

Con una profunda reflexión "La iglesia tiene que colocarse descaradamente al lado de los emigrantes, la iglesia tiene que desafiar a la sociedad en este tema, sino lo hacemos perderemos una gran oportunidad de dar testimonio de lo que somos"

"Entrelazando pactos de hermandad

Eso de hacer misión a tiempo y destiempo hace que concluya hoy unos días por el Puerto de Santa María y Cádiz al sur de España. Después de haber gozado con la presencia y motivación de Monseñor Santiago Agrelo, escuchar y ver su compromiso profético y de defensa ante las violaciones y delitos cometidos contra los hermanos y hermanas migrantes, en esta frontera de muerte y esperanza, ha sido una bendición. 

La misión continuaba al dejarme interpelar por la experiencia de convivir con la familia que nos ha acogido a Kasim (joven migrante de Gambia) y a mi, ha sido una dicha, porque descubro que la humanización de la migración es posible, así de familia en familia, de apertura y encuentro. Este espacio se ha convertido en mi casa por tres días, para él en su casa después de unos años de caminar por algunos países de África y Europa. Ha sido verdaderamente un don y una renovación. 

Entrelazamos brazos de hermandad con las comunidades eclesiales de base, quienes me permitieron compartir la misión que hemos realizado en Mexico en el acompañamiento a migrantes y refugiados en estos últimos años... ha sido una gran bendición y un seguir alargando puentes, lazos, visiones que a las Migraciones se les acompaña y se construyen pactos de solidaridad desde abajo, con los de abajo. Pactos que no necesitan ser vinculantes porque ya son efectivos y los y las migrantes nos han lanzado ha hacerlos globales.

Lo confirma la foto de la patera donde hace cuatro días llegaron 30 hermanos y hermanas migrantes aquí a Cádiz mientras los gobiernos se deslindan de los pactos que firmaron en Marruecos, esta gente sencilla se ocupa de alargar los brazos, compartir el pan y tratarnos como hermanos y hermanas....qué bendición".

Hna. Letty Sacalabriniana

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