lunes, 7 de noviembre de 2016

CELEBRACIÓN DE NUESTRA SEÑORA DE LA PRESENTACIÓN DEL QUINCHE, PATRONA DE ECUADOR.

















El domingo 5 de noviembre, celebramos en la Casa Nazaret, de Guadalajara, la festividad de Nuestra Señora de la Presentación del Quinche, patrona de Ecuador. 

Nuestra Señora de la Presentación del Quinche, es una advocación mariana de la Iglesia Católica, cuya imagen se encuentra en el santuario de la parroquia El Quinche, en el Distrito Metropolitano de Quito, Ecuador. La Virgen tiene miles de fieles en el país y alrededor del mundo, quienes la definen como su madre y aún en el exterior, los migrantes ecuatorianos continúan celebrando su fiesta.

La imagen de Nuestra Señora de la Presentación del Quinche es una hermosa escultura en madera, tallada en el siglo XVI por don Diego de Robles, extraordinario artista de la escuela quiteña de arte, al que se deben también otras imágenes de María de gran popularidad y veneración.

La historia nos dice que, los indígenas de Lumbisí, un pequeño caserío que pertenecía al pueblo de Cumbayá, desearon tener una copia exacta de la Virgen de Guápulo, la cual se veneraba alrededor de 1586. Diego de Robles hizo entonces la imagen con madera de cedro, pero los Lumbisí no pudieron pagarle el precio convenido al no reunirlo, y éste la llevó a los indígenas oyacachis al enterarse que estos se interesaban en una imagen quienes le pagaron con tablones de fino de cedro que el escultor necesitaba para sus trabajos. Escogieron la hendidura de un peñasco de la cordillera y allí fue colocada la Virgen. Aquel nicho fue el primer santuario que tuvo la Virgen del Quinche. Los indígenas, vistieron la imagen según la costumbre española.

Cuentan que apenas la efigie ocupó el lugar, bandadas de cantoras avecillas revoloteaban constantemente entorno a ella alegrando todo el lugar con sus trinos. Y cuando al descender la noche se retiraban los pajarillos, un resplandor hermoso circundaba la imagen de María. También se dice que don Diego de Robles regresó un día a Oyacachi, los indígenas se regocijaron y le pidieron que se quedara unos días entre ellos, para construir en madera un altar para la Santísima Virgen, el artista se negó y emprendió el viaje de regreso a Quito, en un momento, al pasar por el puente de un caudaloso río, el caballo dio un salto y lo lanzó fuera de la silla, Robles iba a caer en lo más hondo de las aguas, de pronto, uno de sus pies se enredó entre los maderos del puente, y al verse a punto de perecer, clamó a la Virgen de Oyacachi; en ese instante atravesaban el puente dos caminantes que, movidos por piedad y compasión, se acercaron al desventurado y le sacaron del peligro; cuando el artista quiso darles las gracias, ellos ya habían desaparecido. El escultor comprendió que fue una gracia del cielo. Por eso decidió volver a Oyacachi y allí construyó el altar de la Virgen.

Pronto la Virgen de Oyacachi llegó a ser famosa en toda la comarca. Numerosas romerías de los pueblos vecinos comenzaron a frecuentar este sitio, antes desconocido. Por este motivo, los indígenas se vieron en la necesidad de construir una capilla o una pequeña iglesia para colocar en ella la imagen de la Virgen. Entonces comenzaron otros prodigios que comprobaban el deseo de la Virgen que se erigiese un santuario.

Más tarde el sabor popular enriquecerá los hechos con la leyenda de que la Virgen se les había aparecido antes a los indígenas del lugar en una cueva prometiendo librarlos de los peligrosos osos que devoraban a los niños. Los numerosos milagros que comenzaron a atribuírsele aumentaron sus fieles en toda la región. Cuenta la leyenda en torno a la imagen de la Virgen, que muchas veces vieron vacío el pedestal en la roca porque ella iba a socorrer a los enfermos, y al otro día se le volvía a ver en su lugar con los pies enlodados.

Quince años permaneció la imagen al cuidado de los indígenas hasta que en 1604, el obispo del lugar ordenó su traslado al poblado del Quinche, de donde finalmente tomó su nombre. Fue puesta en la iglesia parroquial, sin embargo, pronto tuvieron que pensar en la construcción de un templo más grande. En 1630 la sagrada imagen fue colocada en un nuevo santuario donde permaneció sin contratiempo por 200 años. Con el terremoto de 1869 el templo quedó en terribles condiciones pero quedó en perfecto estado la imagen de la Virgen. El templo hubo de ser reconstruido.

La última construcción del templo se remonta al año de 1905 y su consagración al año 1928. La imagen fue coronada canónicamente en 1943 y su fiesta se celebra el 21 de noviembre. En 1985, Roma declaró al Quinche Santuario Nacional del Ecuador.

La imagen, que es una fina talla en madera de cedro de unos 62 cm. de alto, está revestida por un amplio y lujoso ropaje de brocado cubierto de gemas, y bordado con hilos de oro y plata que solo dejan ver su rostro moreno y apacible. La Virgen lleva un cetro en la mano derecha y con la izquierda sostiene el Niño en actitud de bendecir, mientras sostiene una esfera de oro coronada por una cruz. A los pies de la imagen, la peana y la gran media luna, ambas de plata pura, y las pesadas coronas imperiales de oro y piedras preciosas, manifiestan la generosidad del pueblo ecuatoriano que gusta ver a su patrona resplandeciente, vestida siempre con las mejores galas. El rostro de Jesús evoca las facciones de los niños mestizos de aquellas sierras. Mestizo es el color de la Madre, síntesis del alma del inca y del español. Su fina nariz está enmarcada por un delicado rostro ovalado de labios delgados y boca pequeña; sus ojos achinados y su mirada triste con los párpados entrecerrados o caídos le confieren una dulzura única. Su advocación es tan popular en Ecuador, especialmente entre los indígenas que la llaman con afecto "La Pequeñita" a su protectora del cielo. Es de admirar la variedad de cantos que se entonan en honor de la Virgen del Quinche, con textos en quechua, en jíbaro y en otros dialectos de la región y también en castellano; muchos de ellos se cantan desde hace cuatro siglos. La imagen fue coronada en 1943 y su fiesta se celebra el 21 de noviembre. El templo actual fue declarado Santuario Nacional en 1985.

Oración a la Virgen de la Presentación del Quinche escrita por el Papa Francisco

Virgen María, Madre de El Quinche, escogida por Dios para darme a su Hijo y mostrarme el verdadero camino, atiende amorosa mi humilde oración.

Enséñame a amar, como lo hiciste tú, para vivir en paz y con serenidad; enséñame a esforzarme, como tú, Madre, para cumplir las metas señaladas por Dios;

Enséñame a entregarme, y ser para los demás, las manos de Dios. Enséñame a vivir con respeto a los hermanos ya que en ellos está la persona de Jesús; enséñame a orar para mantener el contacto con tu Hijo Divino; enséñame a descubrir y cumplir la voluntad de Dios, ser feliz y llegar a mi plenitud;

Enséñame, en fin, a ser buena persona para estar contigo, María, con Jesús, con el Espíritu Santo y con mi Padre Dios en la eternidad.


!!!Viva la Virgen del Quinche!!!!



Algunas fotos de la celebración;

La celebración la presidio Álvaro Ruiz Langa






































Preparación de la comida 
Hornado


MESA DE MIGRACIONES. PRIMERA SESIÓN CURSO 2016/17.



























Mesa de Migraciones. Primera sesión. Martes, 25 de octubre de 2016. Casa Nazaret.

El martes 25 de octubre de reunía de nuevo la Mesa de Migraciones, promovida por la Delegación Diocesana de Migraciones de la Diócesis de Sigüenza-Guadalajara. Comenzábamos así el curso 2016-17 en el que se van a tratar varios temas interesantes sobre el hecho migratorio.

El tema propuesto para este día fue “Evolución y papel de la mujer inmigrante en España”. La ponente fue María José Torres Pérez (Pepa). Durante aproximadamente dos horas fue desarrollando su ponencia, abierta a las intervenciones de los participantes. Lo hacía desde su experiencia personal en este campo, iniciada hace más de 10 años con el apoyo a distintos colectivos de mujeres que se iban organizando para dinamizar su ciudadanía activa.

El punto de partida de su exposición eran unos presupuestos que no hay que olvidar: no existe la mujer como abstracción, sino que existen las mujeres concretas, con sus propias realidades y culturas; existen diferencias entre ellas, que no se deben olvidar; es necesario rescatar los elementos emancipatorios que unen a todas; por  último, hay que descolonizar la visión que hay acerca de la diversidad.

Cuando  uno oye hablar de mujer inmigrante muchas imágenes se nos pueden venir a la cabeza: oportunidad, sufrimiento, maternidad, lucha por sus hijos, pobreza, diversidad, daño psicológico. Juventud, sueños… En todas estas visiones hay que superar dos miradas: la mujer migrante como víctima y la de que no tiene nada que decir. Las mujeres migrantes tienen mucho que decir y que reivindicar. No son objetos, son siempre sujetos.

Presentando una mirada desde los datos sociológicos, sólo en Madrid hay más de un millón de extranjeros, de ellos unos 300.000 nacionalizados. El 51% son mujeres (las nacionalidades más numerosas: rumanas, marroquíes, chinas, ecuatorianas, colombianas, búlgaras…). Desde la perspectiva del trabajo regularizado, según datos de 2010, el 42% de las mujeres provienen de América Latina. Si se pudiera presentar una fotografía sería la de mujeres jóvenes, con nivel medio de estudios, madres, reagrupadas, cabeza de familia (porque son las que siguen trabajando en la familia, con sueldos menores de 900€). En este colectivo, el mayor impacto lo ha supuesto la llegada de paraguayas que tienen una importante capacidad de organizarse.

Existe también una realidad muy dura: la de las mujeres “invisibles” “sin papeles”; muchas de ellas pasan por los CIES. Se “emplean”, sin contrato, en un gran porcentaje, en el servicio doméstico. ¿Cuál es su defensa? Organizarse.

Ante la pregunta de por qué migran las mujeres, las respuestas son varias: buscan una vida mejor; por dinero, pero no sólo eso; más libertad; salir de la violencia de sus países; por amor; por género, por maternidad… Básicamente llegan por dos vías: laboral y reagrupamiento familiar (aunque con un deseo de autonomía). Casi siempre atrapadas en las cadenas globales de cuidados (un mercado ocupado por mujeres; una discriminación que no termina nunca de agotarse).

Han sido precisamente las mujeres migrantes las que han sacado a la luz la necesidad de un trabajo digno. ¿Cómo se consigue eso? Pepa nos propone unas puntadas para avanzar en ese camino:
1.- Cortar distancias y saltar fronteras entre visibilidad e invisibilidad. Convivir.
2.- La escucha, la acogida, la relación y el cuidado de los vínculos personales. Sin imponer ritmos, sólo ir detectándolos. No olvidar que acoger nos “complica”.
3.- Reconocer al otro (y su cultura) como sujeto de la historia. Reconocer su ciudadanía, su derecho a tener derechos. Salir del etnocentrismo y romper el victimismo. Superar el patriarcalismo. Pensar juntos estrategias de supervivencia.

Terminamos nuestro encuentro con un diálogo en el que constatamos que es importante mirar más allá de nuestra propia ventana. Las personas son más que lo que podemos ver. Hemos de ponernos al lado del otro. Queda en el aire esta pregunta: ¿Se debería luchar por la “asociación” de los colectivos de mujeres migrantes?

Ángel Díaz Matarranz

Acerca de Pepa Torres Pérez

Soy Pepa Torres. Estoy en la mitad de la vida y más….y me gusta. Soy religiosa de la congregación Apostólicas del Corazón de Jesús. Soy filóloga, teóloga y educadora social. Vivo en una comunidad intercongregacional en el barrio multicultural de Lavapiés, con una compañera dominica de la Enseñanza y otra laica y formamos también una comunidad extensa con gente agnóstica de distintos credos religiosos comprometidas contra las fronteras y la precariedad y por los derechos de los migrantes que es la Red Interlavapiés.
-Actualmente trabajo como profesora invitada en el Instituto de Pastoral de Madrid y combino el activismo social y feminista con el acompañamiento a personas y grupos comprometidos en los contextos de exclusión. Mis líneas de investigación están relacionadas con la espiritualidad ignaciana con perspectiva de género, el diálogo intercultural e inter-espiritual, la experiencia de Dios en la periferias y la dimensión místico-política de la fe y la Teología feminista y las luchas migrantes.
Con mi blog pretendo favorece un espacio de información, comunicación y reflexión compartida entre quienes transitamos fronteras y creemos en la mística de la dignidad humana, sea cual sea nuestra tradición cultural y religiosa de procedencia. (informaciónobtenida de http://blogs.periodistadigital.com/pepa-torres-perez.php/2016/02/22/acerca-de-pepa-torres-perez)

Blog de Pepa; http://pepatorresperezblog.blogspot.com.es/