Severino Lázaro Peréz |
Parroquia de San Francisco Javier en la Ventilla en Madrid |
Estamos en la ultima sesión de la Mesa de Migraciones para este
curso.
CUARTA SESIÓN:
FECHA Y
LUGAR: El 10 de Abril de 2018, de 17:00hs– 19:00hs, en el Centro Diocesano
“Casa Nazaret”, Avda. de Venezuela, 9, 19005 Guadalajara.
TEMA: "El
desafío de la integración de los Inmigrantes y Refugiados, hoy en nuestras
parroquias"
PRESENTA: Severino Lázaro Peréz
Severino Lázaro Pérez es jesuita, párroco
de San Francisco Javier en el barrio de la Ventilla en Madrid.
Explicó que “la parroquia, como expresión
del barrio, es el último punto donde todos los problemas de la emigración
desembocan. Los barrios son escenarios de las cuatro tensiones que se dan con
el fenómeno migratorio: Integración/ rechazo, hospitalidad/ hostilidad,
convivencia/ conflicto, confianza/ miedo. El factor religioso puede ser
elemento de integración, hospitalidad, convivencia y confianza. Y esto ya es
evangelización. Compartió algunas experiencias concretas, como la del Grupo de
africanos de Pueblos Unidos: “Es un espacio de encuentro, interreligioso, con
voluntarios. El reto fundamental es el de la identidad. Cuando el otro es
diferente interesa saber quienes somos. El que viene de fuera es el que es,
como le dice el Creador a Moisés cuando le pregunta que dirá cuando le digan
quien le envía”.
En esta experiencia tratan de evitar los
extremos: “que ellos se adapten, por un lado, y el ingenuo multiculturalismo,
por otro. Es necesario llegar a unos valores compartidos”.
Los objetivos pastorales son claros:
“devolver a estar personas su dignidad y su identidad. Construir identidad con
ellos, no contra ellos”. No es fácil, explicó: “no basta con cantar juntos como
hermanos. Vale como canción de entrada de la misa, pero no vale como supuesto
sin más, hay que trabajarlo”.
También habló del resto de integración a
través de la religiosidad popular desde de lo esencial de su significado: “que
es que Dios nos acompaña allá donde estemos”. Tratamos de evitar que se creen
guetos. Una devoción mariana puede convertirse en elemento de comunión
universal o en fomento de guetos.
Otro de los retos esta en la catequesis:
“Procuramos por un lado una catequesis familiar, con los padres y los niños. Y
tenemos catequistas africanos. Los padres tenían miedo al principio. La
coordinadora de catequesis invito a su casa a todos sus niños y a sus padres.
Sabían que tenía emigrantes acogidos en su casa. En la Sagrada Escritura se
dice 365 veces no tengas miedo”.
Como conclusión dijo que “lo único que
tiene que haber en una comunidad cristiana es la vida de Dios. Esta nos lleva
al sentir común, que es fácil ante el sagrario y con los ojos cerrados, pero
que es más difícil con los ojos abiertos y con emigrantes. Hay que derribar
fronteras, tender puentes, estar abierto a todos, insistir y no desanimarse”.
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